jueves, 13 de junio de 2019

SOBRE CONVICCIONES Y PRINCIPIOS A PROPÓSITO DEL RECIBIMIENTO DEL REPRESENTANTE CONSERVADOR JAIME FELIPE LOZADA POLANCO A SEUXIS PAUSIAS HERNÁNDEZ SOLARTE


SOBRE CONVICCIONES Y PRINCIPIOS A PROPÓSITO DEL RECIBIMIENTO DEL REPRESENTANTE CONSERVADOR JAIME FELIPE LOZADA POLANCO A SEUXIS PAUSIAS HERNÁNDEZ SOLARTE DEL PARTIDO FARC EN LA CÁMARA DE REPRESENTANTES

Por Víctor Javier Meléndez Guevara

El Representante a la Cámara Jaime Felipe Lozada, en nombre del Partido Conservador, expresó en la sesión plenaria de esa Corporación su rechazo a que “un mafioso y un criminal” hubiese tomado posesión de la curul que le otorgó el Acuerdo de Paz con el Gobierno y que en lugar de estar sentado en el sagrado recinto de la democracia “debería estar preso en una cárcel de los Estados Unidos”, señalando que sus actuaciones tenían como base “convicciones y principios innegociables”.
Sin lugar duda alguna, le asisten todas las razones personales al representante Lozada Polanco para albergar sentimientos de rechazo y repugnancia hacia las FARC, porque Jaime Felipe Lozada Polanco forma parte de una familia martirizada de manera profunda y bárbara por esa organización, que hoy ha conformado un partido político con el mismo nombre. Son execrables tanto la acción militar en contra de personas civiles residentes en el Edificio Torres de Miraflores de la ciudad de Neiva y el secuestro con fines extorsivos de Gloria Lozada de Polanco y Jaime Felipe y Juan Sebastián Polanco (2001), como el vil asesinato que segó la vida del exgobernador y exparlamentario, Jaime Lozada Perdomo (2005), muerte “inentendible y reconocida como una equivocación”.[1]
Si bien es cierto que la Ley 5 de 1992, en su artículo consagra como una prerrogativa la inviolabilidad de los Congresistas por las opiniones que emitan en ejercicio de sus cargos, las convicciones y principios que se usen para emitirlas no deben ser los personales, sino los del Partido Político que les ha confiado su representación y, con mayor razón, cuando intervienen como voceros de su Colectividad.
La intervención de Jaime Lozada Polanco no está inspirada en los principios ni en las convicciones de los conservadores, miremos por qué:
“Somos Conservadores –pronunció Caro- y así nos llamamos con orgullo porque hay mucho que conservar. Hay que conservar al individuo, hay que conservar la dignidad de la persona humana, hay que conservar la familia, hay que conservar la propiedad, hay que conservar el derecho, hay que conservar la justicia, hay que conservar la sociedad, hay que conservar la República”.
De la frase transcrita se deduce que el Partido Conservador colombiano, basa su doctrina en los filósofos clásicos, en los pensadores cristianos, en la influencia de los fundadores de la Unión Americana, en las declaraciones de los revolucionarios franceses, en especial en lo que atañe a las libertades y los derechos humanos; y, por supuesto, en el pensamiento político del Libertador.
Dicho lo anterior, resulta preocupante, por decir los menos, que quien ha formado parte de la Comisión de Derechos Humanos y de la Comisión de Paz, en la Cámara de Representantes e integró el grupo de Coordinadores Ponentes de la Cátedra de Urbanidad; que pertenece al Partido Conservador y actúa como su vocero y dice continuar el legado humanitario y humanista de su padre coloque sus sentimientos personales y familiares por encima de los principios de su Colectividad en su recibimiento al colega de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC).
Los principios del Partido Conservador se exponen en el programa político, vigente desde el año 1849, y procedo a contrastarlos con la intervención publicitada en su red social por Jaime Felipe Lozada Polanco.
El primer principio indica que los conservadores deben preferir “El orden constitucional contra la dictadura”.
En el caso que nos ocupa, el orden constitucional está alterado por la dictadura representada por quienes se sitúan por encima de la Constitución y de la Ley y rompen el principio democrático y la separación de poderes. Así ocurre cuando una persona que no forma parte de la Rama Judicial del Poder Público y que forma parte de la Corporación Legislativa que aprobó el Acto Legislativo 1 de 2016 y el Acto Legislativo 1 de 2017, se permite calificar, en un discurso público, a un colega, como mafioso y criminal, porque con esa conducta usurpa las funciones de la rama judicial del poder público, reúne de facto en su cabeza dos ramas del poder público, desconoce la separación de los poderes y se convierte en un dictador.
El programa Conservador sostiene que se debe oponer “La legalidad contra las vías de hecho”. Si está en curso un proceso ante la Corte Suprema de Justicia en contra de Seuxis Pausias Hernández Solarte, con base en un fuero, se constituye en una vía de hecho, que irrespeta la presunción de inocencia y la investidura del congresista que, sin existir sentencia judicial, se reciba a un colega, expresando que en lugar de ocupar su curul, debería estar en una cárcel de los Estados Unidos.
El programa Conservador de 1849 postula “La moral del cristianismo y sus doctrinas civilizadoras contra la inmoralidad y las doctrinas corruptoras del materialismo y del ateísmo”.
Joseph Fuchs, en su tesis doctoral en la Universidad de Navarra, distingue, en la moral cristiana, dos elementos diferentes, pero íntimamente relacionados:
a) el elemento categorial, que se refiere al comportamiento particular, en el que se realizan los valores, virtudes y normas de diferentes categorías (justicia, caridad, compasión, fidelidad, castidad, etc.) y b) el elemento trascendental, es decir, las actitudes y normas trascendentales, que penetran y sobrepasan las diferentes categorías morales, y conciernen al hombre como totalidad. (la fe, el amor, el consentimiento a la Redención, la vida como sacramento, la imitación de Cristo, etc.)
Sin duda, la intervención de Lozada Polanco, no es conservadora, dado que no se ajusta ni al elemento categorial ni al trascendental de la moral cristiana, en la medida en que le hace falta caridad, compasión, amor, respeto a la dignidad humana; al tiempo que no escenifica una imitación de Cristo quien, frente al sacrificio de su propia vida le pidió al Padre Celestial “perdónalos porque no saben lo que hacen”.
El partido conservador defiende “La libertad racional, en todas sus diferentes aplicaciones contra la opresión y el despotismo monárquico, demagógico, literario, etc.”
La presencia del representante Seuxis Pausias Hernández Solarte en la Cámara de Representantes en una consecuencia no solamente de un Acuerdo de Paz, sino del reconocimiento por parte de nuestras instituciones judiciales, ordinarias y de transición, del derecho a la libertad y a la presunción de inocencia; los medios de prueba presentados ante la opinión pública, pueden formar o deformar dicha opinión; pero, para ser la base de una condena, deben ser sometidos al examen de las autoridades judiciales y en el caso que nos ocupa, del máximo órgano de la Justicia Penal en Colombia; el análisis de una prueba judicial es un ejercicio complejo y tiene que ver con aspectos trascendentales como la legalidad de la prueba y le corresponde a la Corte Suprema de Justicia conceder o negar valor probatorio a la totalidad de la prueba documental que se ponga a su disposición y no a quienes carecen de la investidura como jueces de la República.
Por consiguiente, es un acto de despotismo demagógico, contrario a la doctrina del Partido Conservador decir en donde debería estar un Representante a la Cámara que no tiene una condena ejecutoriada en su contra.
El Partido Conservador afirma como principio “La igualdad legal contra el privilegio aristocrático, universitario o cualquier otro.”
La igualdad como principio implica dar un trato igual a los iguales y un trato diferente a los diferentes. La curul de la FARC en el Congreso es el resultado de la celebración de un Acuerdo de Paz que el pueblo colombiano rechazó y lo hizo por muchos motivos, inclusive al margen del Acuerdo mismo, y la verdad sea dicha, si los electores hubieran leído el texto del Acuerdo de Paz de La Habana lo habrían rechazado, con igual o mayor fuerza, porque fue escrito para firmar el Acuerdo, pero no para alcanzar la Paz en Colombia.
No obstante, los líderes del No, tienen la responsabilidad ante la Nación de no haber previsto el triunfo del No y de haber improvisado un discurso de triunfo que los llevó a ser presa fácil de la maniobra política del responsable del plebiscito, la cual consistió en convocar a los del No, después de la derrota del Sí, a reformar un Acuerdo que ya había sido rechazado por el pueblo, según el resultado del Plebiscito.
Sin embargo, el Acuerdo de Bogotá, con las FARC, está vigente y de él se deriva la presencia de Hernández Solarte en la Cámara de Representantes, de donde se desprende que es una expresión anti-conservadora, de privilegio aristocrático, decir, por encima de la Constitución y de la Ley quienes pueden integrar una Corporación Legislativa en Colombia.
El partido Conservador defiende “La tolerancia real y efectiva contra el exclusivismo y la persecución, sea del católico contra el protestante y el deísta, o el ateísta contra el jesuita y el fraile, etc.”
El discurso de Lozada Polanco, en nombre del Partido Conservador, es un monumento a la intolerancia y a la persecución, como es fácil inferir de expresiones como: “un mafioso sentado hoy aquí”; “lo vamos a combatir […] hasta verlo en la cárcel”.
También, desconoce Lozada Polanco en su intervención el principio conservador “La propiedad contra el robo y la usurpación ejercida por los comunistas, los supremos o cualquier otro”.
Si alguien ha tomado posesión legal de un cargo de representación política, impedir o estorbar su ejercicio, despojar a su titular de la dignidad como ser humano, por más razones personales que se tengan, es una forma de robo, de usurpación, es una forma de exclusión, que la doctrina conservadora no prohíja.
El programa de 1948 establece como un principio “La seguridad contra la arbitrariedad de cualquier género.”
Es arbitrario, porque “depende solamente de la voluntad o el capricho de una persona y no obedece a principios dictados por la razón, la lógica o las leyes”, el hecho que, existiendo un trámite legal en curso, una persona, llena de razones y de lógicas personales, asuma la vocería de un Partido Político, para sentenciar, discriminar y usurpar las funciones de la Corte Suprema de Justicia y de la Jurisdicción Especial para la Paz en su Sección de Apelaciones.
Finalmente, el programa conservador de 1949, que está vigente, postula “La civilización, en fin, contra la barbarie”.
Se define la barbarie como “la actitud de la persona o grupo que actúan fuera de las normas de cultura, en especial de carácter ético, y son salvajes, crueles o faltos de compasión hacia la vida o la dignidad de los demás”.
No existe un ápice de compasión en el discurso de Jaime Felipe Lozada Polanco contra Seuxis Pausias Hernández Solarte, como no existió un ápice de compasión en los crímenes perpetrados por las FARC en contra de él y de su familia. La diferencia es que las FARC no estaban obligadas a regirse por los principios del Partido Conservador.
Coletilla:
El representante Jaime Felipe Lozada Polanco manifestó ante sus colegas y ante el país, en la intervención cuyo contenido se ha contrastado en este escrito con los principios del Partido Conservador, que había sido tildado de fascista y enemigo de la paz; al respecto, Norbert Bilbeny, Catedrático de Ética de la Universidad de Barcelona y co-autor del libro ¿Un mundo mejor? Balance moral de la Guerra Fría Hasta hoy (Icaria, 2017) sostiene que el fascismo es “un régimen represivo de la libertad, promotor de la discriminación y obstructivo de la solidaridad” y, además que “No es una ética deseable para la paz y la convivencia”.



[1] Cfr. https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-2569740 “A mi papá lo mataron por error. Nadie entendía la posición de las Farc y menos el atentado, pues mi papá lideraba el acuerdo humanitario, ya que nuestra madre está secuestrada”.

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