Lo Leí en una Página 13. Autor Invitado: Carlos Alberto Perdomo Castaño (n/d – presente)
Nombre de la Obra: Derechos fundamentales a medias e integralidad de derechos
[https://repositorio.defensoria.gov.co/items/8e1e00f0-4d79-4b06-8a19-0302fd8b4cfc/full]
Autor: Carlos Alberto Perdomo Castaño
Año de Publicación: 2011
Cita Textual de la Página 13
“La normativa fundamental del orden político
constitucional colombiano tuvo posibilidad jurídica en virtud del mandato de
'fortalecer la democracia participativa y lograr la paz con democracia en un
Estado social de derecho' -texto original de la séptima papeleta-, gracias al
decreto 927 de 3 de mayo de 1990 y la respectiva sentencia de la Corte
Suprema de Justicia (CSJ, fallo del 24 de mayo de 1990), los acuerdos de dos y
23 de agosto de Casa de Nariño, el decreto 1926 de 24 de agosto y el fallo de
la CSJ del 9 de octubre del mismo año.
En su devenir, le antecedió un proceso de
participación ciudadana para realizar un nuevo pacto de reforma global de la
constitución, que requería mayoritariamente (en un 79%) incluir los derechos
humanos y sus garantías sociales, el cual se definió en una elección
constituyente, primigenia y pluralista, realizada mediante sufragio universal
directo. El acumulado histórico confluyó en un momento de refundación para
'salvar a Colombia', después de reconocerse a través de la citada sentencia de
la Corte Suprema de Justicia (CSJ, 24 de mayo de 1990) 'los múltiples hechos de
violencia que horroriza van al país, la insuficiencia de las instituciones para
enfrentar las diversas formas de violencia, el clamor público y notorio por un
cambio constitucional y 'ante el fracaso de los órganos del Estado
responsables'."
Análisis de la Cita
El texto refiere al proceso político que condujo a la
Constitución de 1991 en Colombia y, subraya la necesidad de transformar el
Estado hacia una democracia participativa y pacífica. Destaca cómo este acuerdo
constituyente fue resultado de una movilización social que exigía un marco
jurídico más robusto para proteger los derechos humanos, dignificar la vida, fomentar
la inclusión social y garantizar la estabilidad democrática. La referencia al
79% de apoyo a la vinculación de los derechos humanos en la nueva Constitución,
muestra la centralidad que la sociedad otorgó a estos derechos en el proceso de
transformación y superación de las violencias históricas.
Desde la perspectiva de la educación en derechos humanos,
esta reflexión permite analizar cómo la formación ciudadana, la movilización
social y los mecanismos jurídicos, pueden articularse para garantizar derechos
y promover cambios institucionales.
La enseñanza de este proceso y momento histórico es clave
para entender que la construcción de un Estado social de derecho es un
ejercicio continuo de participación y reivindicación permanente de derechos. La
movilización ciudadana ha sido y sigue siendo fundamental en la consolidación y
defensa de los valores constitucionales.
Reflexión Personal
Desde mi experiencia en la Defensoría del Pueblo y como
ciudadano viví las dificultades y los retos de hacer realidad los principios
constitucionales, en un país con profundas desigualdades y múltiples violencias.
La Constitución de 1991 representó una apertura significativa hacia un Estado
más incluyente y participativo; no obstante, aplicar efectivamente sigue siendo
un reto que requiere un esfuerzo constante y planificado por parte de la
sociedad civil, las organizaciones defensoras de derechos humanos y las
instituciones del Estado.
El estudio de Carlos Alberto Perdomo Castaño nos invita a
reflexionar sobre cómo este proceso de reforma constitucional, más que un
ejercicio normativo, fue una construcción política y social en la que la
ciudadanía jugó un papel determinante. La educación en derechos humanos debe
rescatar esta dimensión histórica para que las nuevas generaciones comprendan
la importancia de participar y exigir estos derechos como pilares de la
democracia.
Asociación de la Publicación con una Acción
para la Garantía Integral de los Derechos Humanos
Acción Asociada: Promover
mediante la enseñanza y la educación el respeto a estos derechos y libertades. (Ver
el listado completo de las acciones para la garantía integral de los derechos
humanos en: https://victormelendezguevara.blogspot.com/2024/10/actualizacion-extraordinaria-linea-del.html).
El análisis del proceso constituyente de 1991 demuestra que
fortalecer la democracia y garantizar derechos requieren una ciudadanía
informada y activa. La educación en derechos humanos es fundamental para
comprender los avances históricos, identificar los desafíos actuales y generar
conciencia sobre la importancia de la participación en la vida política y
social del país.
Comentarios Finales
El manual de inducción de Carlos Alberto Perdomo Castaño (Defensoría
del Pueblo, 2011) hace evidente que los avances en derechos humanos y
democracia no son concesiones del poder, sino el resultado de luchas y procesos
sociales en los que la educación y la participación han sido esenciales.
La Constitución de 1991 sigue siendo un referente de
inclusión y justicia, pero su consolidación como un marco real de garantía de
derechos depende del compromiso de individuos, colectividades e instituciones
por hacer efectivos sus principios.
Invito a los lectores a reflexionar: ¿Cómo podemos fortalecer los espacios de participación y educación en derechos humanos para que la ciudadanía continúe siendo protagonista en la transformación social?
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